Por mucho tiempo, las vacaciones eran simplemente algo que no encajaba en mi apretada agenda. Mi prioridad siempre ha sido el trabajo y los objetivos profesionales, dejando poco espacio para el descanso y la desconexión. Sin embargo, recientemente decidí hacer una pausa real, tomarme unas vacaciones diferentes, y descubrí el verdadero poder de conectarme con otras culturas y mis propias raíces.

No fue una decisión fácil, ya que mi mente seguía preocupada por los pendientes laborales. Pero asumí el riesgo y me embarqué en un viaje hacia un destino lejano a mi entorno habitual, con la intención de sumergirme en otras realidades y conocer gente nueva.
Conectar con otras culturas, aprender sobre costumbres y tradiciones, es asombroso. Redescubrir mis propias raíces, el idioma de mis padres, y percatarme la forma maravillosa cómo ese vocabulario regresó a mí después de tantos años sin usarlo.
Estas vacaciones, lejos de solo ser un descanso, se convirtieron en una verdadera universidad de la vida. Cada experiencia me enseñó empatía y comprensión de los lugares que visité. Además, todo lo que he aprendido se ha traducido en ideas frescas y perspectivas innovadoras para mejorar mis negocios.
Me he dado cuenta de que unas vacaciones bien llevadas son una oportunidad de crecimiento personal y profesional. Conectar con otras culturas y raíces, es enriquecedor para nuestras vidas y nos abre un mundo de nuevas posibilidades.
Así que, si estás pensando en tomarte unas vacaciones, no lo sigas pensando más y elige un destino del que puedas aprender. No pienses en tomarte un tiempo para quedarte en casa sin hacer nada. No importa el destino, siempre habrá una opción para cada presupuesto. Ubica un lugar nuevo y explóralo con mente amplia. Verás lo mucho que vas a crecer.
