En un mundo de cambio constante, he aprendido que proteger a nuestro recurso humano y asegurar su bienestar es crucial para mantener una cultura de equipo positiva y un alto rendimiento en el trabajo.
Al leer el libro de Simon Sinek: «Los líderes comen al final», pude confirmar la importancia de crear organizaciones que protejan a su recurso humano, a su comunidad de personas, mucho más allá que generar dividendos de corto plazo para los accionistas o inversores. En mi experiencia, he procurado crear empresas que se preocupen por su salud financiera a largo plazo, sólo participando en proyectos que no comprometan su estabilidad, para que de esta forma siempre podamos cumplir con nuestros compromisos laborales y con los beneficios que hayamos ofrecido a nuestros colaboradores.

En el sector tecnológico, donde la formación y la capacitación son esenciales para mantenerse actualizado y competitivo, ofrecemos recursos y oportunidades de autoaprendizaje y desarrollo profesional. Además, planificamos detalladamente las tareas para que cada miembro de nuestro equipo pueda cumplir con sus asignaciones sin mayor estrés, y nuestros empleados están conscientes de que siempre podrán requerir apoyo para solucionar los imprevistos que se puedan presentar.
Por último, creamos una cultura de equipo que fomenta la colaboración y la confianza entre los miembros de la organización. Promovemos una comunicación abierta y transparente, incluimos a nuestros empleados en la toma de decisiones importantes y brindamos apoyo y recursos para enfrentar situaciones complicadas en el trabajo.
En resumen, una empresa que proteja a su recurso humano es la clave para el éxito a largo plazo. Al hacerlo, se puede fomentar una cultura de equipo positiva, un alto rendimiento en el trabajo y una mayor retención de talentos.
