EL DINERO Y LA PANDEMIA

La inspiración para lo que voy a comentar en este «Post» me llegó a raíz de la consulta de mi opinión acerca de invertir en criptomonedas.

Para entrar en contexto, es necesario indicar que durante esta pandemia, muchos negocios que eran rentables para sus dueños, no han logrado mantenerse a flote. Otros han logrado reinventarse y continuar operando con una rentabilidad mínima. Mientras que unos pocos han podido hacer mucho dinero en estás difíciles circunstancias.

Considero que la expectativa de lenta recuperación económica para los próximos 2 años (al menos) unidos a un escenario inflacionario presionado por las deudas asumidas para hacer frente al COVID, están motivando a ciertas personas a buscar negocios que ofrezcan rentabilidades muy altas para intentar proteger el patrimonio.

Haciendo un rápido análisis, podríamos decir que el Bitcoin ha ganado más de un 30% de valor el último mes, mientras que hacer negocios con oro, petróleo o acciones han mostrado poco o ningún crecimiento en el mismo período. Pareciera que la respuesta obvia es que habría que invertir en criptomonedas, sin embargo, no creo que esta afirmación sea absoluta y para todo el mundo.

Creo que cada negocio debe ser evaluado en base a las expectativas y perfil de riesgo que tenga el inversionista. Por esta razón, emitir un consejo respecto a un negocio en particular es muy difícil, si no conoces bien a la persona que estás asesorando.

Adicionalmente, es necesario conocer acerca del negocio, las variables económicas, legales, políticas y de cualquier otra índole que pueda influir en la inversión a realizar.

Hay que tener muchísimo cuidado con cualquier negocio que te ofrezca una garantía de éxito, con rentabilidades asombrosas y mínimo esfuerzo. En estos casos en particular (aunque debería aplicarse a todos los negocios) debemos preguntarnos cuánto podríamos perder si el negocio no funciona.

Yo tendría extrema precaución con todo aquel «Rey Midas» que nos ofrezca unirnos a sistemas de negocios de alta rentabilidad, que se muestran como el modelo a seguir y que están dispuestos a compartirnos «de forma desinteresada» el secreto de su éxito.

Así que mi consejo respecto a cualquier nuevo negocio que se quiera hacer es estudiar como funciona. Para ello hay que tomar una parte muy pequeña de nuestro patrimonio y utilizarlo para experimentar en el negocio que nos llame la atención.

Al final, hay que estar conscientes que podemos perder todo ese dinero que invertimos o que podemos ganar lo que estábamos esperando. Lo importante es asumir un riesgo sensato y no comprometer demás nuestro patrimonio.